El conflicto territorial entre Panoaya y Tocuila, parte 1




Durante mis escasos años de vida me he percatado de cierta rivalidad entre los habitantes de los poblados y es que los de Panoaya tienen cierto “resentimiento" por los de Tocuila y viceversa, aunque he de mencionar que esto no es exclusivo de estos pueblos, sino de muchas otras comunidades de la región; generalmente llegué a creer que era porque los hombres de un pueblo se casaban con las mujeres del otro poblado y eso generaba cierto resentimiento entre uno y otro pueblo y puede que tenga algo que ver, pero al parecer, en el caso de Panoaya y Tocuila, ese resentimiento  puede tener un origen histórico relacionado con la perdida de territorio, empero, el presente escrito no tiene por objeto reavivar esos resentimientos, por el contrario pretende analizar el contexto de las cosas para comprenderlas y sobre todo, apuntalar la idea de que todos los pueblos de la zona de la rivera lacustre, estamos hermanados por el territorio y compartimos una historia en común de la cual debemos sentirnos orgullosos.

 

El fundamento principal de esta serie de escritos, está relacionado con el conflicto territorial entre Panoaya y Tocuila llevado a juicio ante el Tribunal de Naturales de la Nueva España en los años 1767 a 1769, pero la historia no la abordaremos de acuerdo al expediente, sino que se contextualizarán los antecedentes y motivos que dieron origen al mismo para que sea mas digerible la lectura, por lo que, sin mas preámbulo, comencemos por el principio.


 I. El antecedente.

Aun cuando el juicio se desarrolla después de los años de 1767, el antecedente directo está relacionado con el “indio” Juan Miguel, un natural que probablemente vivió entre mediados de mil seiscientos y principios de mil setecientos, quien con motivo de querer trabajar la tierra perteneciente a San Miguel, vino con los principales o caciques del pueblo de Tocuila a solicitar en préstamo el paraje denominado Texcalzingo (Que podemos ubicar actualmente como las tierras ubicadas hacia la parte norte de la iglesia de Tocuila, colindando con la actual Avenida Nacional y el rio Coxcacuaco), por lo que después de consensarlo, los principales de Tocuila acordaron prestarle dichas tierras a Juan Miguel con la condición de que cada año tenía que traer como tributo, un armado floral y una libra de cera para el viernes del santo entierro, aceptando Juan Miguel, quien realizó esta manda durante años hasta su muerte. De acuerdo al testimonio de Pascual Antonio, natural del pueblo de Tocuila y testigo en el juicio, refiere que el indio Juan Miguel tuvo en arrendamiento dichas tierras para recoger salitre y hacer sal.

 

Posterior a la muerte de Juan Miguel, las personas que aprovechaban las tierras de dicho paraje , en su mayoría provenientes de Panoaya, seguían cumpliendo con la manda hasta que los naturales de Tocuila decidieron devolverles su armado floral porque lo consideraron indecente, aunado a ello, los testigos presentados en juicio por los naturales de Tocuila, refieren que hacia mas de seis años que ya no cumplían con la manda, de igual forma, los de Panoaya creyéndose dueños del paraje Texcalzingo, decidieron derrumbar uno de los ahuehuetes ubicado en dicho paraje, árbol que a la vez, servía como lindero de acuerdo al título primordial de los de Tocuila.



Ante este hecho de haber cortado el ahuehuete y derivado de la oposición de los de Tocuila, los naturales de la Magdalena Panoaya se inconformaron alegando que Texcalzingo les pertenecía y acudieron ante el Juez eclesiástico de Texcoco, Don Juan de Vega y Vic, quien acudió al lugar de los hechos, en donde  se encontró con el ahuehuete derrumbado y en el acto, los naturales de Tocuila presentan su título primordial, algo asi como las escrituras de su territorio, en cambio los de Panoaya no tenían documentos para acreditar que eran dueños del paraje que reclamaban, por lo cual el Juez eclesiástico ante las pruebas presentadas, reconoce la propiedad que tienen los de Tocuila sobre aquel pedazo de tierra llamado Texcalzingo, inconformes los de la Magdalena acuden ante el Tribunal de Naturales de la Nueva España en donde tramitan un “Amparo de posesión de tierras” teniendo como argumento principal, el que Tocuila tenía mas territorio que Panoaya, lo cual les funcionó ya que a final de cuentas, el Tribunal les reconoció a los de la Magdalena derechos de propiedad y posesión  sobre el pedazo de tierra llamado Texcalzingo, apercibiendo a los de Tocuila para que respetaran la posesión que en ese acto se reconocía a los de Panoaya. Aunado a lo anterior el representante de los naturales de Panoaya, alega prescripción a favor de sus representados y señala que aunque sus contendientes de Tocuila presentaran un papel mas verdadero, sus partes ya habían creado derechos de posesión por legitima prescripción que les compete sin que puedan los de Tocuila privarlos de ello.


Asi es como termina el juicio, con la pérdida de territorio para Tocuila y con el reconocimiento del barrio de San Andrés sujeto a La Magdalena ya no solo de forma eclesiástica, ahora también  territorialmente. Ese menoscabo es lo que a juicio de quien escribe, bien pudo haber influido fuertemente para que existiera resentimiento social entre uno y otro pueblo, que como se comentó al principio, no existe un interés de confrontar o reavivar conflicto alguno, por el contrario, se busca conocer, difundir y enaltecer la historia que compartimos como vecinos.


Otro dato interesante, es que todo parece indicar que San Andrés como centro de población, ya tenía cierto número de pobladores a la llegada de los evangelizadores, esto se infiere de acuerdo al título primordial que presentan los naturales de Tocuila en el juicio, pues la existencia del santo San Andrés, se menciona desde el deslinde de 1542 cuando señala en el documento “…aquí señalamos junto a la parte de San Andrés Texcalzingo…”, consecuentemente a raíz de la sentencia del año 1769, se evidencia de forma fehaciente, el reconocimiento del barrio de San Andrés y los naturales que lo integraban siguieron haciendo su vida en el territorio conocido como Texcalzingo y parajes aledaños, aprovechando las tierras que ahora se sabía eran de ellos, pero sujetos eclesiásticamente a La Magdalena Panoaya.



En vista de lo anterior, cabe señalar que posterior a la conquista y durante la colonización, a las poblaciones les asignó un Santo Patrono católico, correspondiendo al actual Riva Palacio el santo San Andrés Apóstol, esta inferencia nos lleva a pensar que ya existía un pequeño grupo de pobladores a quienes se les encomendó el culto y el cuidado de la imagen del Apóstol Andrés, prueba de ello es que en el expediente, los testigos ofrecidos por los naturales de Panoaya, señalan que el santo tenía una capilla, la cual fue derrumbada, sin precisar mas detalles al respecto sobre el derrumbe o el lugar exacto de su ubicación, razón por la cual, los habitantes de aquella colonia en desarrollo, se vieron en la necesidad de resguardar a su santo San Andrés en la iglesia de Panoaya, a la cual pertenecían eclesiásticamente hablando, primero por tener un origen Panoayense y como tales se reconocían como sujetos a la iglesia de la Magdalena, ese sentido de pertenencia es lo que originaba que los de San Andres pagaran en aquella iglesia sus obvenciones y tributos, no obstante que hasta antes de la sentencia emitida por el tribunal de Naturales de la Nueva España, el territorio de San Andrés, pertenecía a Tocuila.

 

En alguna plática nos comenta el Cronista de Tocuila Ing. Celso Ramirez Torres, que paso algo similar a la perdida del territorio de Texas, que siendo territorio mexicano estaba habitado por estadunidenses, asi San Andres Texcalzingo era territorio de Tocuila pero habitado por Panoayenses, y que es por eso que aparentemente la iglesia de Tocuila quedó a orilla del pueblo, pero si tomamos en consideración el territorio de San Andrés, la iglesia estaría relativamente al centro del territorio.



Francisco Miguel de los Ángeles

 Fuente: Archivo General de la Nación

Fotografía: FB Capilla San Andrés Apóstol Vicente Riva Palacio

Imagen. Francisco Miguel de los Ángeles, técnica con gis.


 


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